El primer ministro británico, Boris Johnson, desató críticas la semana pasada cuando anunció la estrategia de su gobierno para enfrentar los brotes de coronavirus en el país.
Lo que entonces presentó fue un plan de mitigación, en el cual se asumía que más de la mitad de la población inevitablemente iba a ser receptora del virus; para algunos sería sólo un resfrío, del cual se recuperarían y hasta obtendrían inmunidad, mientras que para otros resultaría una fatalidad.
Sin embargo, tras revisar nuevamente las cifras y el estudio que presentó el Imperial College de Londres a través de un modelo matemático de información y con medidas de sanidad pública, el jefe de Gobierno decidió dar un giro de 180 grados y adoptó la política de China, que apunta a la supresión de esa enfermedad, y no a su simple mitigación.
¿Qué cambió?
El documento aporta cifras detalladas de cómo el virus se propagaría por el país y cómo haría colapsar al Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), a lo que añade la cantidad de personas que en tal caso morirían: más de un cuarto de millón.
El jefe del programa de modelos matemáticos del Imperial College de Londres, Neil Ferguson, explicó a los medios británicos que en un año o más la sociedad podría llegar a vivir en un mundo completamente distinto al que se ha conocido hasta hoy. Esto, en relación al avance del virus y si es que no se toman las medidas necesarias.
¿Y cómo es el modelo?
Se basa en políticas de salud pública adoptadas por diversos países para retrasar las infecciones por covid-19. Se centraron en cinco medidas y luego fueron analizadas en conjunto y por separado.
¿Cuáles son las medidas?
Aislamiento de casos en el hogar, cuarentena domiciliaria, distanciamiento social, distanciamiento social de los mayores de 70 años, cierre de escuelas y universidades.
Al modelar todos los datos, se obtienen como resultado dos escenarios. El primeromuestra que es posible retrasar la propagación del virus, aun sin interrumpir por completo su propagación (mitigación). Esto bajaría la carga de los organismos de sanidad y protegería a las personas con mayor riesgo. El pico ocurriría durante la primavera/verano. Sin embargo, igual se produciría una epidemia, provocando cerca de 250.000 muertes y la posterior sobrecarga del sistema.
El segundo escenario, de supresión del brote, sería distinto. Las acciones más intensivas interrumpirían la transmisión del virus y se reducirían los casos. Habría que ser estrictos y combinar todas las acciones. No obstante, una vez que las medidas se mitiguen, podría aumentar el número de casos, por lo que habría que estar monitoreando la situación.
Mientras tanto, si es que no se toman acciones, el máximo de contagios se producirá en tres meses, afectará a cerca del 80 % de la población y dejará a unas 510.000 personas muertas solo en ese país.
En el informe se advierte que la estrategia de 'supresión' es la única viable, ya que al mezclar todas las iniciativas se reducen en dos tercios las demandas de salud durante el pico de la crisis.
El jefe del programa de modelos matemáticos destaca que se necesitan acciones más intensivas y socialmente disruptivas para disminuir los contagios, aunque las medidas probablemente duren muchos meses, y puso énfasis en el distanciamiento social.
RT
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